Así lo dice Ariel B. Coya, corresponsal de Prensa Latina en Nicaragua, en su reportaje Palo de Mayo: la fiesta del Caribe en Nicaragua.

Inicia asemejándolo “Como el alegre carnaval de Barranquilla, en Colombia, o la ardiente Fiesta del Fuego en Santiago de Cuba”, destaca que cada año el Caribe de Nicaragua vive su fiesta con la celebración del Palo de Mayo.

Dice que el Palo de Mayo es “Considerada la tradición que mejor guarda el folclor costeño en la nación centroamericana, se desarrolla invariablemente -como su nombre lo indica- durante el quinto mes del año en la ciudad de Bluefields”.

WhatsApp-Image-2017-05-27-at-4.37.45-PM

“Y hasta allí hay que ir para descubrir que en Nicaragua existe otra Nicaragua, donde el cinturón volcánico del Pacífico cede su espacio a la selva atlántica, y las facciones del indio misquito se mezclan con las del blanco y con las del negro, mientras las frases del idioma español son teñidas por la sonoridad del dialecto creole emanado del inglés”.

La exquisita redacción que hace Coya continúa describiendo el momento en que la capital del Caribe se inunda de ritmos contagiosos y coloridas comparsas que plasman con movimientos sensuales las danzas afrocaribeñas.

“De acuerdo al historiador Donovan Brautigam, nadie sabe a ciencia cierta cuándo el Palo de Mayo llegó a la costa Caribe, pero sí que formaba parte de sus costumbres ya antes de 1850. Asimismo, tampoco existe duda de que la tradición provino de Inglaterra, donde era una fiesta rural que saludaba el advenimiento de la primavera hasta que la persecución religiosa motivó su desaparición en los primeros años del siglo XIX”.

WhatsApp-Image-2017-05-27-at-4.37.46-PM

(…) “Con el paso del tiempo todos esos juegos, músicas, bailes y canciones originales comenzaron a ser modificados por los nativos, muchas veces influenciados por los migrantes de Belice, Jamaica y las islas Caimán.

De ese modo no tardaron en añadirse a los festejos canciones como ‘Donkey wan Wata’, originaria de Jamaica, o ‘Mayaya las im key’ y ‘Sin saiman sin mai love’, las cuales surgieron en Bluefields”.

El artículo del medio cubano señala que “la celebración del Palo de Mayo tuvo una época difícil en los años 60 y 70 del siglo anterior, cuando vio su esencia afectada por un viso netamente comercial.

Ya no solo no importaba el mes del año, el árbol o su significado, sino que comenzó a bailarse en bares, clubes nocturnos y lugares cerrados, con el único objetivo de vender bebidas a los clientes.

Palo de mayo “revolucionado”

Esa situación, no obstante, cambió con el triunfo revolucionario de 1979, el cual generó un esfuerzo considerable para rescatar su tradición, revitalizarla y devolverle su sentido de fiesta popular.

Desde las Casas de Cultura financiadas por el gobierno y con la participación de los barrios y comunidades se estableció su celebración como una festividad multiétnica durante todo el mes de mayo, para la promoción de los valores culturales de los pueblos autóctonos”.

Perdura en diferentes zonas de Nicaragua, pero sobre todo en Bluefields, donde al cierre de mayo la fiesta concluye con un baile-desfile a lo largo de las calles de la ciudad.

Durante el desfile, las personas van pasando debajo de un arco hecho por los brazos de la comparsa y cuando una pareja pasa se coloca adelante para que el arco avance al ritmo de los instrumentos de percusión y que a todo pulmón cantan mientras en el aire se eleva el aroma a lluvia, y la fragancia de las flores y de las frutas maduras, junto a la sensualidad de la música y la danza que emanan de esta fiesta caribeña.