Fue el centro ceremonial de los Chontales y sirvió como puesto de vigilancia, ya que en su parte alta se observa la Cordillera Amerrisque, límite natural con los territorios de los Chorotegas y Nicaraos. Contiene más de 2000 petroglifos labrados en 158 piedras, conectadas a través de senderos, que datan del período de 200 a 800 a.C.

El parque es uno de los más grandes de Centroamérica, fue denominado Patrimonio Nacional de Historia y Cultura por la UNESCO. En una de las piedras más talladas se encuentra el famoso xulu o perro indígena, la vestimenta del chaman y la diosa de la reproducción. A medida que avanza el recorrido va subiendo la altura y el disfrute del frescor del ambiente chontaleño y de la observación de más petroglifos.

Según la historia, para los Chontales representar a sus principales personajes en los tallados era rendirles el respeto que merecían uno de ellos es la reproducción como uno de sus actos más sagrados.

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