Aunque nosotros en Nicaragua ya no hablamos ninguno de los idiomas de los pueblos originarios de antes de la Conquista y colonización española, excepto los del Caribe que se han mantenido a través del paso del tiempo.

Muchos de los nombres con raíces indígenas se han españolizado formando actualmente parte del lenguaje que usaban nuestros ancestros aborígenes, que se combinaron durante el mestizaje con el idioma de los invasores españoles.

Las palabras que usamos sirven, desde hace varios siglos, para nombrar a nuestros municipios, ciudades o cabeceras departamentales, incluyendo, comarcas y valles.

Baile-tipico-de-Masaya

De los 153 municipios, 59 llevan nombre de origen indígena. De estos ejemplos, Managua es de origen náhuatl, 31 de ellos también, en menor cantidad chorotega, otros proceden del matagalpa, mayagna, ulwa y miskito.

Estos nombres tienen su máxima muestra en el de nuestro país, Nicaragua, de origen náhuatl, nombre de uno de los caciques que se enfrentó a los españoles.

Entre algunos de los nombres de municipios de Nicaragua que provienen de vocablos indígenas están: Managua, capital de nuestro país, seguidas algunas cabeceras departamentales como Masaya, Chinandega, Matagalpa, Jinotega, Estelí, Chontales, Boaco y Somoto.

Asososca-Managua

Municipios como Nandasmo, Catarina, Niquinohomo, Nindirí, Masatepe, Diriá, Diriomo y Nandaime, de los departamentos de Masaya y Granada. En el caso de Managua están Ticuantepe y Tipitapa, y de León: Nagarote. Sobre Madriz, ya mencionamos su cabecera departamental pero también se cuenta Totogalpa, Yalagüina, Palacagüina y Telpaneca.

De Nueva Segovia, por citar otro departamento, los municipios -con nombre de origen indígena- son: Quilalí, Dipilto, Wiwilí, Jalapa y Mozonte.

Las palabras indígenas abarcan a la diversidad orográfica de Nicaragua, en la que destacan ríos, lagunas, lagos y volcanes, citando de estos los lagos Cocibolca, Apanás y Xolotlán, y las lagunas de Apoyeque, Xiloá, Asososca, Nejapa, Tiscapa y Ñocarime.

Niquinohomo

Si de ríos se trata contamos el Wanki, también conocido como Coco, el Prinzapolka, Kurinwás, Tipitapa, Siquia, Sinecapa, Kukra, Malacatoya y el Tepenagusapa, de nombres indígenas.

Todos estos vocablos de origen indígena, de las diferente etnias y lenguas de otras tribus desparecidas como la náhuatl, forman parte de nuestra historia e identidad cultural y por lo tanto de nuestra idiosincrasia.

Entre los nombres de volcanes activos y extintos con denominación de origen ancestral están, entre los más conocidos, Momotombo, Momotombito, Mombacho, Cosigüina, Telica y Masaya. La lista se refleja también en la más elevada altura de Nicaragua, cerca de la frontera con Honduras, Mogotón. Otra elevación conocida es el cerro Apante, en Matagalpa.

Momotombo

Estas palabras con reminiscencias del habla indígena, de uso cotidiano en nuestra habla popular, se extienden a muchas comidas: tamales, nacatamal, pinol, montuca, guabul, güirila, ajiaco, pinolillo, perrerreque y chilate.

Los apellidos no se escapan de ser parte de todo este lenguaje propio del ser nicaragüense, muchos de los cuales son originarios de los departamentos de Masaya y Granada: Hondoy, Putoy, Potoy, Namoyure, Ñamendi Lumbí, Mondoy, Pupiro, Ochomogo, Macanche. Otros Nicoya, Potosme y Ambota.

Esto es solo una muestra del vasto vocabulario de origen indígena que los nicaragüenses usamos a diario.